CAP 4: Tal vez te odio por que te quiero.

Me levanté de un salto de la cama. No puedo dormir, en mi mente solo resuenan las palabras de Lenny como un eco lejano. Y eso, no me gusta para nada.
Salí de mi cuarto y pasé al salón, la tele estaba encendida y en el sillón estaba Lenny, sentado con sus ojos marrones perdidos en algún lugar de su cabeza. Me senté a su lado, y directamente le abracé.Necesitaba sentirle a mi lado. Sus fuertes brazos rodearon mi cintura y me sentaron en sus piernas.
-Lo siento.-susurró.
-Shh.-dije antes de apoyar mi cabeza en su pecho desnudo. Estuvimos así un rato, hasta que alcé la mirada para verle los ojos.
-Perdóname.-dijo esta vez. Negué con la cabeza.
-Me tienes que perdonar tu a mi, he sido una estúpida.-dije para soltar todo el aire de mis pulmones.-Cuando pasó lo de Darek huí, y hoy... cuando te he visto con ella también he huido, no e aparecido hasta la hora de dormir. Y ya soy demasiado mayorcita para hacer eso, tengo que dejar de huir por que eso no sirve de nada...
-¿Y eso que significa?. ¿Vas a volver a tu ciudad?.-asentí, apartando la mirada.-No me puedes hacer eso...-susurró.Pasé por alto ese ultimo comentario antes de contestarle.
-No puedo huir de las cosas.
-Ya has huido, ¿para que volver?.-preguntó, alertado.Me quité de sus piernas para mirarle mejor.
-No creo que me estés diciendo esto.
-Y yo tampoco puedo creer que te vayas a ir.-se levantó.-¿Sabes que?. Vete, no me importa.Vuelve con ese Darek, pero si te vuelve a dañar no huyas por que eso no sirve de nada.-y con esas palabras me dejó sola en el salón, otra vez, millones de lagrimas empezaron a caer por mi rostro. Rápidamente fui hasta mi cuarto y recogí todas mis cosas en la maleta, cuando ya las tuve listas y yo ya estaba cambiada, salí de aquella casa. 

Al llegar a la estación de tren todo estaba oscuro, vacío, igual que mi corazón y mi mente en estos momentos. Me senté en un banco sintiendo como mas lagrimas caían por mi rostro.

Es aquellos momentos, lo único que quería era seguir escribiendo, pero no pude por que unos golpes provenientes de mi puerta me hicieron parar de escribir. Abrí la puerta y otra vez no había nadie, pero si había un papel en el suelo. Lo cogí y pude ver otra pregunta.
"¿Cuantos capítulos llevas?"
Cogí un boli y empecé a escribir:
"¿Por que tanto interés? Dime quien eres y te diré todo lo que quieras saber sobre la novela"
Y así, la dejé en la puerta para después cerrarla y recostarme en mi cama, a la espera de otro toc, toc para saber quien era esa persona tan interesada en lo que escribo.
Al ver que nadie volvía a llamar me senté otra vez para escribir, pero volvieron a llamar. Rapidamente fui a abrir, y para mi sorpresa, era Niall con un papel en su mano.
-Me he encontrado esto en la puerta.-dijo mientras me lo daba.-¿Un admirador secreto?.-preguntó.
-Algo parecido.-contesté cerrando la puerta.
-¿Y que dice?.
-"No quiero que lo sepas...Venga, dímelo. Estoy deseando leerla"-leí en voz alta.
-¿A que se refiere con no quiero que lo sepas?.
-Por que le he preguntado quien era.
-Pues vaya admirador secreto.-reí.
-Por lo menos se preocupa por lo que escribo.
-¡Oye!.-exclamó.-Yo también lo hago, lo único que no he pasado muchas veces por tu cuarto...Así que contesta a tu admirador mientras yo leo lo que llevas.-cogió mi ordenador y yo volví a leer esa frase de un desconocido que se preocupa por lo que escribo.
"Llevo tres capítulos. Te diría que si estas contento... pero no se si eres chica o chico"-cuando me levanté para dejarla vi como por delante de mi cuarto pasaba Tomlinson, mirando mucho a mi puerta, cosa que me pareció extraña.

Después de eso, no hubo mas cartas, ni mas frases. Solo estuvimos Niall y yo hablando de lo que haríamos mañana, ya que no había clase.
Por la noche, cuando yo ya estaba sola en mi cuarto volvieron a tocar la puerta. Y yo la abrí, para encontrarme con un papel y una caja envuelta en papel de regalo. Lo cogí y pase a mi cuarto, algo confundida.

"Espero que tengas algún zapato para poder combinarlo con el vestido".-ponía en el papel. Abrí la caja, y allí, bien doblado había un vestido.

No se en que momento me quedé dormida, pero cuando me desperté ya era de día, y ya había gente pasando por allí.
Fui a sacar un billete para el tren, y esperé hasta que llego.
-Pasajeros ya pueden subir.-dijo un señor. Cogí mi maleta y mi mochila y hice la cola para montar. Justo cuando iba a poner un pie en el primer escalón algo,-o mejor dicho alguien.-me hizo retroceder. Allí estaba Lenny, sujetándome el brazo, con los ojos cristalizados, y manos temblorosas. Intenté soltarme, pero cada vez que lo intentaba su mano me sujetaba un poco mas fuerte pero sin hacerme daño.
-No te vayas.-susurró. Yo solo le miré, esperando a que continuara.-No puedes irte. Te necesito aquí. No huyas de lo que a sido tu salvación.
Y de repente, las palabras de aquella señora en el tren, me vinieron a la mente. 
"-Yo también estuve enamorada...-me miró a los ojos. Azules. Sus ojos son azules. Un azul infinito.-Y créeme, si te vas, si escapas y no vuelves, te vas a lamentar toda tu vida."
Y yo otra vez quiero escapar, otra vez quiero huir, por que no quiero escuchar la verdad. No quiero escuchar que Darek ya no esta en vida, no quiero y tampoco puedo escuchar que sus besos, sus caricias, nuestras tantas tonterías están guardadas en un cajón con llave. No puedo escuchar, que aun que yo no quiera siento cosas. Y ahora mismo siento que me tengo que quedar aquí.
-Me estas matando, Tatiana.-su voz me hizo volver a la realidad.-Contéstame.
-Señorita...-interrumpió el señor que cogía los billetes.-¿Va a montar? El tren ya se tiene que ir.
-No.-contesté.-No voy a montar.-miré a Lenny, que me miraba esperanzado.- Ya no puedo huir, he echado el ancla aquí.

Capitulo 4:
Después de ese pequeño bache todo siguió normal, seguimos siendo amigos, aun que los dos sabemos que tarde o temprano eso va a cambiar.
Tenemos miedo, en estos tres meses hemos vivido demasiadas cosas como para ahora dejarlas ir tan solo por querer ser mas que amigos.

Me desperté demasiado temprano, así que me metí en la ducha, decidida a ir al cuarto de Niall para despertarlo.
Me puse esto (es el vestido que me regaló el admirador secreto):

Y me dispuse a salir de mi cuarto. La poca gente que había por los pasillos se me quedaban mirando y hasta algún chico me había dicho algún piropo.
Niall no estaba en su cuarto, así que decidí dar una vuelta por la universidad. Al pasar por el gimnasio oí ruidos, así que pase, encontrándome con Tomlinson. El no se dio cuenta de que yo estaba, me quedé observándolo como jugaba al baloncesto hasta que una pelota cayó a mis pies.
-Veo que se te da bien.-dije recogiendo la pelota y pasándosela.
-Hola.-respondió.-Bonito vestido.
-¿Si, verdad?.-sonrió.
-¿Tu sabes jugar?.-reí quitándome la chaqueta.
-Por favor, estas hablando con _______(tu apellido).-rió.-Pasa, que te lo demuestro.
-¿Estas segura?.-preguntó dándome la pelota.-Llevas vestido y tacones.
-Estas cagado de miedo.-enarcó una ceja.-Venga.-le reté.
Y así empezamos a jugar al baloncesto. Intentando quitarnos la pelota. Rozando nuestras manos, sonriendo cuando uno de los dos tiraba y no encestaba.

-Estoy muerta.-me quejé sentándome en la grada.
-Si, yo también.-suspiró sentándose a mi lado.
-¿Se jugar?.-le pregunté con una sonrisa en mi rostro.
-Mejor que bien.
-Me alegro que lo sepas. Y ya sabes, para un partido de baloncesto me llamas.-me sorprendí al escuchar eso salir de mis labios.-Me voy ya, estaba buscando a un amigo...-me levanté.
-Te acompaño.-murmuró saliendo conmigo del gimnasio.
-Quieto, quieto.-le dije, poniéndome la cazadora.-Que hayamos pasado un buen rato no significa que me caigas bien.-me alejé de el, pero enseguida se puso a mi lado.
-Pues tu a mi si me caes bien.
-Mala suerte.-le guiñé un ojo.-Chao.

-Eres idiota.-reí al ver a Lenny bailando en medio de la cocina, con la radio puesta a tope.
-Oh,venga.-se quejó.-Ven a bailar conmigo.
-Ni loca.-respondí aun riendo.Me senté en la mesa.-Aquí tengo buenas vistas.
-Si, yo también las tengo.-dijo mirándome las piernas, ya que llevaba un pantalón vaquero corto.
-Idiota.
-Deja de llamarme así que al final me lo voy a creer...
-Pues créelo, es la pura verdad.
-Vale, lo acepto. Soy tu idiota.-dejó de bailar para acercarse a mi, apoyando sus manos en la mesa a cada lado de mi cuerpo, y acercando su rostro al mio.
-¿Y yo que soy?.-pregunté en un susurro.
-Mi princesa.-me dio un beso en la mejilla para apartarse de mi e ir a preparar el café.Suspiré,desilusionada. Y yo que pensaba que me iba a besar...-¿Y ese suspiro?.-preguntó.
-Nada, yo solo...-me miró.-No es nada.
-Ahora me lo dices.
-No, de verdad. No es nada.-respondí con una sonrisa falsa. Y aun que se que el no se creyó mis palabras y tampoco mi sonrisa, dejó el tema.
-Y bueno,¿que quieres hacer hoy?. ¿Película y palomitas? ¿Una visita al parque?. ¿Vamos a la pista de patinaje? ¿Quedamos con mis amigos?.-reí.
-Para.-le pedí.-Vamos a la pista de patinaje.
-Genial. ¿Sabes patinar?.-negué con la cabeza.-¿Y como que quieres ir?.
-Me gusta probar cosas nuevas...-sonreí.-Además, si me caigo, tu vas a estar para levantarme.
-¿Te vas a caer muchas veces?.
-Espero que no.

Por la tarde, me abrigué bastante. A parte de que íbamos a patinar, hacia un frío de muerte. Al llegar a la pista, Lenny pagó y nos dieron los patines.
-Yo no se ponerme esto.-me quejé soltando el patín. Solo había conseguido ponerme uno, así que si se puede patinar coja, yo patino.
-Si ya te has puesto uno, tampoco es tan difícil.-dijo, pero de todas formas, me ayudó. Cuando estuvimos listos, pasamos donde estaba la pista. Grande no, lo siguiente. Wow.-¿Lista?.-preguntó mientras nos poníamos los guantes.
-No.-rió dándome la mano.Primero pasó el, y después yo. Como resbalaba eso... Me agarré bien fuerte a la barandilla y también a su mano.
-Tatiana, me vas a dejar sin mano.
-Si quieres que me mate, yo te suelto.-sonrió.
-No te vas a matar, ni siquiera te vas a caer. Suéltate, confía en mi.- poco a poco, me solté sintiendo como los patines se deslizaban un poco. Grité mientras mi cuerpo se precipitaba al hielo. Pero no lo sentí, un mano en mi cintura lo detuvo.-Si vamos así, si que te vas a matar. A ver,¿de que tienes miedo?.
-Pues de caerme.-dije obvia.
-¿Me he caído yo?.
-No, pero por que tu sabes.
-Y tu también.-dijo mientras tiraba un poco de mi. Al final, cuando me quise dar cuenta, estábamos en el medio de la pista.- Te voy a soltar, tu sola no sabes ir allí.-señaló las gradas.-Así que ya verás como te las apañas.
-Te odio.-se alejó un poco de mi. Yo le seguí, admirando como podía patinar hacia atrás. Después de unos minutos Lenny sonrió.
-¿Ves? Mira donde estamos.- miré y ya volvíamos a estar en la barandilla.- Ya sabes patinar.
-Ya se patinar, ¡ya sé!.-empecé a dar pequeños saltitos hasta que volví a sentir que me caía pero su brazo otra vez lo detuvo.
-Mejor no hagas eso.-reímos.-Vamos.-me dio la mano y fuimos patinando. Sonriendo mientras nuestros pies se deslizaban por el hielo. Nos reíamos cuando veíamos a la gente caerse y después mas tarde, cuando yo ya tenia mas confianza con esto, patiné hasta el medio de la pista mientras Lenny me perseguía. Al final me detuvo con su fuerte brazo, me di la vuelta quedando cara a cara. Nuestros rostros se acercaron, hasta quedar a pocos centímetros.
Un beso así seria de película, pero un chico pasó cerca nuestro, empujándome y haciéndome caer al suelo.
-¿Estas bien?.-me preguntó Lenny levantándome.
-No.-me quejé. No por haberme caído, si no por el chico que no nos había dejado besarnos.
-¿Donde te duele?.-tendría que responder en el corazón, pero el no se refería a ese tipo de dolor.
-En la rodilla.-respondí, y la verdad es que no era mentira. Sentía como un pinchazo ahí. Me llevó hasta un banco de la pista y se agachó para mirarme la rodilla. Me ayudó a subirme el pantalón, y miró la rodilla, como si fuese un tesoro muy apreciado.
-¿En que parte te duele?.-lo señalé y el lo tocó suavemente. Me quejé.-Te va a salir un moratón, pero no es nada.- Suspiré.

Por la noche, cuando los dos ya estábamos duchados y con los pijamas puestos, cenamos en la cocina. Sin la tele.
-¿Como va tu rodilla?.-preguntó.
-Dolorida.-rió suavemente.
-¿Te lo has pasado bien?.
-Pareces mi padre.-me quejé, de mal humor.Se levantó de su silla hasta llegar a la mía. Me levantó, se sentó y con sus manos en mi cintura me sentó en sus piernas. Ya me estoy acostumbrando a que haga esto...
-¿Que es...-dijo rozando su nariz con la mía. Con un beso de "esquimal". Dando a entender que tenemos una confianza que llega hasta el infinito.-...lo que te ha puesto de mal humor?.
-No es nada.
-¿Como esta mañana?.
-Es que...-comencé.
-¿Es que...?
-Cuando nos vamos a besar siempre ocurre algo, y me frustra, es como si...-no me dejó terminar por que posó suavemente sus labios sobre los míos. Aun con sus manos en mi cintura, me acercó mas a el, y yo entrelacé mis manos por detrás de su cuello, jugando con el pelo de su nuca.
-¿Ya se te pasó el malhumor?.-preguntó con una sonrisa, y yo instantáneamente sonreí también.
-Aun no.-respondí capturando otra vez sus labios entre los míos.

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Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Hasta aquí el cap.
¿Os ha gustado? A mi si. Estoy demasiado ilusionada con esta novela, en serio. Es ir por la calle, o estar acostada en la cama y pensar en como puedo seguir.
Lo del patinaje, se me ocurrió por que para celebrar el final del trimestre(el primero jajja) en mi insti fuimos a patinar, y de ahí va eso.
Estoy intentando hacer los capítulos largos, no sé me a dado, por que no quiero dejarlos demasiados cortos y tampoco demasiados largos.
Decirme que os parece,y seguir el blog, recomendar y esas cosas.
Gracias por leer :)